¡Felis Cumpleaños, querido Colegio!

50 Años educando con amor y enseñando los valores de hoy y de siempre.

Los vecinos del barrio identifican este centro educativo, con diferentes nombres: «el Grossi», «el colegio de los ladrillitos rojos», «el de la calle Púan»; «el de las hermanas», éstos entre otros. Iniciamos este Ciclo Lectivo con gran alegría y particular ánimo de fiesta ya que este año nuestro querido colegio, «cumple cincuenta años».

Todos cumplimos años, todos crecemos, aprendemos y recordamos a quienes dejaron profundas huellas en nuestra vida, nuestro querido colegio también. Se crea así, un clima de sentimientos encontrados: por un lado, la nostalgia, los recuerdos, las experiencias, el esfuerzo, la dedicación, el trabajo realizado, la gratitud, el reconocimiento y por otro, la alegría y el deseo del reencuentro durante los diferentes acontecimientos que, Dios mediante viviremos este año y nos permitirán festejar el «cincuentenario», las «bodas de oro» de este centro educativo.

Cincuenta años son muchos, sentimos que han pasado muy rápido, que el tiempo pasó volando pero quedó grabado en la memoria el 15 de marzo de 1972 cuando por primera vez se izó la Bandera Nacional Argentina y se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino. ¿Quién no recuerda el gran galpón? El lugar era precario, humilde pero estaba vestido de fiesta, muchas banderitas argentinas, adecuada ornamentación, los alumnos de esos dos primeros grados con el uniforme escolar y las docentes con el tradicional guardapolvo blanco. ¡Qué emoción! Algo nuevo y muy lindo estaba comenzando.

Las primeras maestras fueron Graciela Otero, María Elena González, Susana Sampietro y Elsa Bustamante. No podemos desconocer, en los inicios, la labor de la la Sra. Teresa Milici de Negri, como secretaria dando ayuda importante y asesoramiento preciso a la Hna. Victoria Ligabue y a la Hna Josefina Gnocchi.

En el Jardin de Infantes no podemos dejar de mencionar a la Srta Marta Reynes y a la Sra. Marta Mutti que durante muchos años trabajaron «codo a codo» acompañando a la Hna. Josefina Gnocchi en la gestión educativa del nivel inicial.

Gracias a los grandes esfuerzos de nuestra familia religiosa que desde Italia apoyó incondicionalmente esta obra educativa y el compromiso de las hermanas la misma no dejó de crecer: se adquirieron terrenos contiguos, se inauguraron aulas, se construyó un gran gimnasio, una capilla, en 1982 se inició el instituto secundario, etc. siempre respondiendo a las expectativas, necesidades e intereses de la gente del barrio.

Son muchas los protagonistas de esta historia, no queremos olvidar a nadie, pero recordamos especialmente la Hna. Victoria Ligabue , Hna. Josefina Gnocchi, Hna. Carmela De Lorenzo, Hna. Gracia Quaranta, Hna Annamaria Gambaretti y Hna. Carla Traballi, estrechamente ligadas al crecimiento de esta obra.

Destacamos a quienes trabajaron incansablemente en la construcción del edificio, al Señor José Lavecchia, al Señor Juan Grimaldi y al Señor Gino Lafratta, entre otros.

Hoy, después de cincuenta años, con otras personas, la obra continua manteniendo el mismo Proyecto Educativo, los mismos propósitos, evangelizar y comunicar los valores de hoy y de siempre, que son los valores del Evangelio; según el Carisma que nos dejó en herencia San Vicente Grossi, en el surco de la espiritualidad de San Felipe Neri: «Formar jóvenes responsables y libres, capaces de insertarse en la sociedad civil y de dar en ella testimonio de los valores del Evangelio».