Haciendo memoria (2)

 

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Más pausada, siempre con una sonrisa traviesa, picaresca, pero no por eso menos comprometida y atenta, asomaba Suor Maria Storari. Ella también había respondido al llamado de la misión más allá de las fronteras.

Su celo por las almas, su compasión por los más pobres, hacia que siempre se volcara a DAR sin medida, con un corazón  generoso y una empatía tal con el otro, que lo expresaba en su rostro y en sus atenciones. Su amor al Señor, se hacía carne y presencia no solo en la oración, que era mucha, sino en la solicitud y acercamiento premuroso ,sin miedo de tocar la carne enferma del hermano.

Por el Bautismo somos enviados a anunciar el amor.

Si bien vivía muy cerca de la Parroquia, y a ella recurrí a recibir los sacramentos, a las hermanas las frecuenté cuando empecé a descubrir mi vocación. Un mundo nuevo se abrió a mis ojos cuando descubrí una forma de vida que me atraía….y que al poco tiempo me di la chance de que podía ser la mía también…

Después de muchos anos, leo el pasado como Providencia, como Regalo que se desenvuelve de a poco, como Verdad que se revela en su momento….

Grandes Misioneras, como Sor Virginia y Sor María, han marcado mi vida. Grandes misioneros  como el Padre Tarcisio Brozetti, Padre Santini, Padre Ángel, han sido antorchas indicando el Camino a seguir.

San Vicente Grossi vivió su bautismo y su vida, en permanente envío y anunciando el amor aquí, allá, y más allá.

Jesús Misionero del Padre, María primera Misionera, enséñame a llevar la Palabra superando mis propios confines, extendiendo mi entrega más allá de las fronteras humanas. Reconociendo a cada hermano como al hijo favorito del Padre. Amén

Hna Stella Maris R.

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