Felices los perseguidos por la justicia
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«Felices los perseguidos por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos».
El capítulo 3ro del «Gaudete et Exultate», habla de las bienaventuranzas como camino de santidad, con el titulo de Contra Corriente.
En la 8va bienaventuranza destaco las palabras «felices», «perseguidos», «justicia» y el premio: «la Vida Eterna».
Ser perseguido es una experiencia muy estresante, inexplicable, sobre todo cuando el que te persigue no tiene fundamentos lógicos y solo desea doblegarte a sus intereses.
Justicia es una palabra muy usada, tan usada, que hoy no tiene casi valor, no tiene trascendencia. Recuerdo, cuando de adolescente, apretábamos los puños por la impotencia ante un acto injusto. Hoy la palabra justicia la vemos escrita en cualquier esquina o en cualquier pared o manifestación callejera. Los motivos son tan fuertes como muerte, violación, trabajo en negro, bajos sueldos,despidos,desalojos… que me llevan a preguntarme donde quedan los valores del respeto, de la equidad, de la igualdad, de la libertad que la justicia debe perseguir?
Jesús llama felices o bienaventurados a quien no hace oído sordo al clamor del oprimido, al llanto del débil, a quien no evita caminar por la vereda del enfrente por miedo a ensuciarse. Muchas veces, o la mayoría de las veces, nuestros pobres con todas sus manifestaciones, se quedan en nuestras oraciones, en nuestros templos, en nuestras expresiones de compasión, nos cuesta saltar el charco para compartir su dolor, su miseria, su pobreza…me pregunto… a qué felicidad se refiere Jesús cuando tus ojos derraman lágrimas de impotencia ante realidades que te superan?
Caigo en la cuenta que esta bienaventuranza aun no es mía, tampoco el premio no es para mí. Es para el que día a día sufre injusticias y no se resigna. Sufre persecución por su color, por su nacionalidad, por su condición social, por querer dar a sus hijos una mejor educación y son discriminados, o para el que trabaja de sol a sol para llevar el pan a su familia y es explotado .Ellos son los felices porque no renuncian a su dignidad, porque son conscientes de su condición, de su situación, pero resisten por necesidad, la viven, pero en el fondo no la aceptan, y aun en el silencio gritan «JUSTICIA»…Si, ahora entiendo, de ellos es el Reino de los Cielos, ellos son los corderos en medio de los lobos… en cuanto a mí, a nosotros, los del otro lado, tratemos de no morir en el intento, aceptemos cada día el camino del Evangelio, aunque nos traiga problemas, eso es santidad y cuando estemos adentro, «esperemos las persecuciones». y también llegará «la recompensa».
(hna. Stella Maris R.)